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El mayor logro propagandístico del presidente Nayib Bukele es hacer creer a la gran mayoría de la población que él y Nuevas Ideas (NI) son distintos a los demás y nada tienen que ver con la política tradicional. Pero este discurso es mentiroso: el mandatario y su partido político “son lo que critican”, “actúan como los mismos de siempre” y representan una síntesis de lo peor de la política nacional en los últimos 30 años. En este texto presentamos cinco razones que desnudan la falsa novedad de Bukele y NI.

1. La trayectoria política del presidente

Nayib Bukele viene del FMLN y compitió por la presidencia con la bandera de GANA. Del partido de izquierda fue dos veces alcalde, gracias al respaldo del oscuro dirigente José Luis Merino, quien -según investigaciones del periódico digital El Faro- lo financió con dineros de Alba Petróleos.

Tras su expulsión del partido de izquierda, Bukele obtuvo la candidatura presidencial con uno de los partidos más corruptos de la derecha salvadoreña, partido cuyo creador tras bambalinas (el ex presidente Antonio Saca) fue condenado por corrupción, sus diputados -según la revista Factum- recibieron sobornos durante el gobierno de Mauricio Funes y uno de sus principales dirigentes en la actualidad (el diputado Guillermo Gallegos) está señalado de nepotismo, tráfico de influencia y otros delitos.

2. La integración de su gabinete

En la Administración Bukele participan funcionarios de gobiernos anteriores, principalmente de Funes y Salvador Sánchez Cerén: el ministro de Seguridad, Rogelio Rivas; el de Salud, Francisco Alabí; y de Desarrollo Local, María Chichilco. La ministra de Vivienda Michelle Sol, su sucesora como alcaldesa de Nuevo Cuscatlán por la coalición FMLN-CD; y el ex ministro de Gobernación y actual candidato a alcalde de San Salvador, Mario Durán, fue concejal en la última gestión edilicia de Bukele con el FMLN. La comisionada presidencial Carolina Recinos, una de las funcionarias más influyentes, también procede del FMLN.

Mientras el ex director de Aduanas y actual superintendente del Sistema Financiero, Gustavo Villatoro, fue funcionario de Saca; y la flamante embajadora en Estados Unidos, Milena Mayorga, fue diputada de ARENA. Para citar solo algunos de los ejemplos más ilustrativos. Bukele tiene en los puestos más importantes de su gabinete a familiares, amigos y ex empleados.

3. La práctica política del gobierno

El gobierno de Bukele es igual y peor, porque repite prácticas corruptas de sus antecesores y ha reeditado algunas que ya estaban desterradas de la política actual, y que por tanto, constituyen graves retrocesos democráticos: el protagonismo político de la Fuerza Armada, la desnaturalización de la Policía Nacional Civil (PNC), el irrespeto a la independencia de poderes, etc. Y en relación a las prácticas corruptas están el nepotismo que tanto criticó de gobiernos anteriores y la falta de transparencia en el uso de fondos públicos, especialmente en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19.

La Administración Bukele también sigue la senda neoliberal que trazaron los gobiernos de ARENA y que continuaron, aunque no a la misma velocidad, los del FMLN; de éstos últimos heredó la modalidad de asocios público-privados que hoy permite continuar las privatizaciones. Endeudamiento público, proyectos que afectan al medioambiente y aumentan la vulnerabilidad, son también parte de “lo nuevo” que ofreció Bukele.

4. Los integrantes de Nuevas Ideas: sus dirigentes, principales propagandistas y candidatos/as

Los principales dirigentes del partido son familiares, amigos y funcionarios de Bukele, empezando por el secretario general Xavier Zablah, primo del presidente. Entre los propagandistas más entusiastas figuran personajes como Walter Araujo, ex dirigente de ARENA y ex candidato de GANA, uno de los reyes del insulto, la difamación, la misoginia y la apología de la violencia en redes sociales, al servicio de la causa del bukelismo y su gran objetivo electoral del 28 de febrero próximo.

En cuanto a los candidatos/as, El Faro acaba de publicar una radiografía periodística de las candidaturas de Nuevas Ideas. La investigación titulada “Los 84 candidatos del presidente” clasifica a los candidatos/as en cinco categorías: 1. “Los mismos de siempre” que tienen antecedentes en los demás partidos, especialmente en el FMLN, GANA, PDC, ARENA y PCN; 2. Los que vienen del gobierno de Bukele, y van en las primeras casillas; 3. Los señalados de cometer delitos o faltas éticas; 4. “Los sustitutos”, que asumieron el puesto de candidatos impugnados; y 5. “Las incógnitas”, que no acreditan ninguna experiencia profesional o laboral.

A los no tan nuevos, muy cuestionados y poco idóneos candidatos a diputados/as, habría que agregar los aspirantes a alcaldes, entre los que destaca ex edil de San Miguel, Wil Salgado, quien muestra más crudamente la falacia de la novedad y diferencia en Nuevas Ideas. Salgado, el más representativo de la política vulgar, utilitaria y tránsfuga, compite por la coalición GANA-NI, después de haber sido alcalde por todos los partidos políticos, a excepción del FMLN.

5. El comportamiento político y el estilo de gobernar de Bukele

El actual presidente “se parece” a algunos de sus antecesores, al menos a los últimos cuatro: Francisco Flores, Antonio Saca, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, de quienes Bukele repite sus peores prácticas políticas.

De Francisco Flores, Bukele retoma el estilo autoritario. El tercer presidente arenero, que falleció mientras era procesado por corrupción, no dialogaba con la oposición y se pasó buena parte de su mandato vetando leyes aprobadas por la oposición parlamentaria; lo cual asemeja mucho al modus operandi del actual mandatario.

De Tony Saca, Bukele hereda el populismo, la demagogia, el derroche propagandístico y la mezcla de intereses gobierno-partido. No es casualidad que personeros del último gobernante de ARENA integren el círculo cercano del actual mandatario, tanto en cargos formales (Ernesto Sanabria, Peter Dumas,etc.) como en la sombra (Herbert Saca). “Votar por la N de Nayib” y “diputados que trabajen con el presidente” son un “déjà vu”: durante la campaña para las elecciones legislativas de 2006, Saca pedía “más diputados para ARENA” y proclamaba que “un voto por ARENA era un voto por Tony Saca”.

De Mauricio Funes, Bukele repite el estilo confrontativo. Funes se la pasó la confrontando con un sector de la derecha, a la que etiquetó como “oligárquica” (ARENA) para diferenciarla del sector que apoyaba a su gobierno (GANA); incluso, en algunos momentos, confrontó con el FMLN, partido que lo llevó al poder.

Y, finalmente, de Sánchez Cerén, Bukele reedita la tolerancia a la corrupción y la “alcahuetería” frente a la inoperancia de sus funcionarios. Ante peticiones de destituir a funcionarios ineptos o corruptos, el ex presidente efemelenista respondía que “todos trabajaban bien” o solo los cambiaba de cargo; así también el actual mandatario ha defendido a todos sus funcionarios señalados de corrupción. Hay una coincidencia que confirma este parecido: en julio de 2019, Sánchez Cerén finalmente destituyó al entonces presidente de ANDA, Marco Fortín, pero luego lo contrató como asesor en CAPRES; en septiembre de 2020, Bukele removió del mismo cargo a Frederick Benítez y luego lo nombró “comisionado presidencial para el agua”.

Estas cinco razones referidas a la trayectoria de Bukele y a su parecido con mandatarios anteriores, la integración del gabinete y la forma de actuar del gobierno, así como a las personas que dirigen, promueven o candidatean por Nuevas Ideas, confirman la farsa de la cacareada novedad del presidente y su partido.

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