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Esta semana se conoció la renuncia de Gerson Martínez como ministro de Obras Públicas. En un video corto difundido en redes sociales y retomado por los medios televisivos, el ex funcionario destacó su trabajo realizado, anunció que toma unos días de descanso y que volverá “listo para asumir un nuevo desafío”.

La renuncia de Martínez es sorpresiva para quienes creían que su excelente trabajo en el MOP debía continuar, y esperada por los que siempre le han visto como potencial candidato presidencial de la izquieda gobernante.
 
Tras una destacada etapa como diputado en la Asamblea Legislativa, Martínez asumió como ministro de Obras Públicas en el gobierno del expresidente Mauricio Funes, cargo que mantuvo durante la actual administración del Presidente Salvador Sánchez Cerén. En ambos períodos fue siempre el funcionario mejor evaluado por la ciudadanía.
 
Martínez es un ícono de la transparencia, rendición de cuentas y probidad en la gestión pública. Como diputado opositor exigía transparencia a los gobernantes de turno y después como ministro la practicó de manera ejemplar.
 
Gerson -como familiarmente le llama la mayoría- fue el primer proponente de la Ley de Acceso a la Información Pública en la Asamblea, y en el Ejecutivo uno de los principales promotores de la lucha contra la corrupción. Uno de sus actos más emblemáticos fue llevar a Fiscalía un furgón lleno de pruebas de la corrupción de sus antecesores en el MOP.
 
Por tanto, su legado en materia de acceso a la información, transparencia y lucha contra la corrupción, es histórico. Hay un antes y un después.
 
El legado es también en eficiencia y efectividad del trabajo. La obra realizada en la gestión de Martínez es cuantiosa y significativa en conectividad vial, mitigación de riesgos, saneamiento ambiental, infraestructura productiva, etc. En un gobierno ineficiente en otros ámbitos, Obras Públicas es notable excepción.
 
Así que, por el bien del país, es esperable que Gerson asuma una posición liderazgo en esta coyuntura preelectoral. Con su carisma de funcionario transparente, eficiente y de servicio a la gente, Martínez puede contribuir a rectificar errores de la izquierda gobernante y evitar el desastre nacional que sería el regreso de la derecha oligárquica, corporativa y corrupta.
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