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Por ARPAS 

Fiscalía y Sistema Judicial han dejado en la impunidad el escandaloso caso de corrupción del ex presidente Francisco Flores, referido al robo de los fondos donados por Taiwán. La representación fiscal (de Luis Martínez y Douglas Meléndez) no presentaron correctamente las pruebas y los tribunales tuvieron esa falencia como excusa para librar a los familiares del ex gobernante arenero de pagar 15 millones de dólares.

A la absolución de los parientes de Flores se suma la negativa de la Fiscalía de aplicar la Ley de Extinción de Dominio al partido ARENA, para recuperar los 10 millones de dólares que terminaron en sus cuentas bancarias. Estos fondos eran para ayudar a las personas afectadas por los terremotos de 2001, pero fueron utilizados para financiar la compaña arenera del 2004.

El Fiscal Douglas Meléndez no quiere confiscar las cuentas del partido oligárquico, a pesar de que altos representantes areneros -entre éstos el ex jefe del COENA Jorge Velado y el ex presiente Alfredo Cristiani- reconocieron públicamente el robo de esos fondos. Así lo determinó también una comisión interpartidaria de la Asamblea Legislativa, el Juzgado Séptimo de Instrucción y hasta la misa Fiscalía.

La Fiscalía tampoco quiso procesar a los llamados “destinatarios” de los fondos de Taiwán, entre los cuales destacan reconocidos dirigentes políticos, funcionarios y empresarios areneros que aperturaron cuentas bancarias o fueron receptores de dineros provenientes de las donaciones de Taiwán.

Así -con los familiares de Flores absueltos de pagar 15 millones, ARENA sin acción fiscal que la obligue a devolver los 10 millones y con los “destinatarios” sin procesar- el sonado caso de corrupción del expresidente Flores queda impune. ARENA sigue sin devolver lo robado, en éste y todos los demás robos, fraudes y malversaciones de fondos públicos durante sus cuatros gobiernos.

Lo actuado por la Fiscalía y los Tribunales de (in)Justicia en el “Caso Flores” y otros delitos de corrupción de ARENA, es -pues- un homenaje a la impunidad.

Ojalá que la población honrada, decente y trabajadora se indigne y se levante contra esa la impunidad e injusticia galopantes.

Ojalá que así sea.

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