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#AlianzaNacionalContraLaPrivatizaciónDelAgua

#Editorial

 Con el COVID-19 o coronavirus, la sociedad salvadoreña se enfrenta a una emergencia nacional de salud, ¿estamos
preparados para enfrentar la crisis? ¿se garantizan las condiciones adecuadas para enfrentar el virus?

Para responder a estas preguntas debemos tomar en cuenta que según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
la salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades. Esta definición nos refiere a poner atención a enormes detalles que son sensibles en todo el territorio
nacional.

Ante este virus, el bienestar físico de los sectores menos privilegiados del territorio se encuentra completamente

vulnerable. Si queremos combatir el COVID-19 tenemos que mantener constantemente limpias nuestras manos, pero
este ejercicio se vuelve difícil o imposible mientras en municipios como Ciudad Delgado, Ayutuxtepeque, Mejicanos,
Soyapango, San Martín, Santo Tomás, entre otros, denuncian la falta de agua durante estas semanas de cuarentena
domiciliar, en las que obviamente, se consume más agua ya que las familias permanecen más tiempo en sus hogares.


Por otra parte, el bienestar mental de la población difícilmente se logra garantizar si el Presidente Nayib Bukele difunde
resignación y temor en vez de promover planes que garanticen el acceso al agua para el lavado de manos y evite
aglomeraciones como las provocadas el pasado lunes en todo el país, cuando miles de salvadoreños y salvadoreñas
buscaban consultar sobre el beneficio de los $300.00 anunciados por el Presidente, provocando temor entre el pueblo
ante la posibilidad de ser focos de contagio debido a las aglomeraciones en los CENADES y bancos, esto responde
a una mala organización.

Además, si estas familias no obtienen ingresos diarios debido a la cuarentena, ni tampoco son beneficiados y
beneficiadas por el gobierno, es en vano emplear las medidas de emergencia si estas familias no tienen acceso al
agua y tienen menos posibilidades de comprarla y de adquirir sus alimentos, es decir el virus podría ser más contagioso
en estos sectores de la población salvadoreña.


Esta crisis exhibe aún más las desigualdades sociales que se atraviesan, pues entonces quien más garantías tienen
para cumplir con estas medidas de prevención son los sectores más privilegiados donde no falta el agua y se distribuye
de forma injusta, sin mencionar que el Gobierno muestra diariamente en sus redes sociales las grandes donaciones
que empresas de agua entregan para el nuevo hospital de emergencia, creemos que es necesario reforzar la atención
en centros hospitalarios, lo que sí denunciamos es que estas empresas perciben agua a diario y siguen lucrándose de
ella, al igual que el sector azucarero que continua haciendo riegos desmedidos en sus plantaciones, mientras las
colonias, barrios y cantones del país sufren de desabastecimiento de nuestro tan preciado bien hídrico.


El COVID-19 debe combatirse de forma integral, garantizando la salud física, mental y social de toda la población,
sobre todo, debe combatirse permitiendo el tan necesario lavado de manos que solamente se puede hacer si las
autoridades competentes distribuyen de forma justa el agua. 

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